Es imprescindible tener claro que la obesidad es la consecuencia del desequilibrio entre la ingesta y el gasto calórico, por lo que una solución eficaz debe contemplar ambos aspectos.
En nuestro caso, somos responsables por completo de nuestro estado de salud, pero además los que somos padres y tenemos niños a nuestro cargo, somos responsables de la salud del niño, está a expensas de la alimentación y estilo de vida que le proporcionamos y que no nos engañemos, condicionará su vida más allá de lo que la mayoría puede pensar.
El porqué es de suma importancia controlar el sobrepeso en un niño, es porque simple y llanamente le va a hacer propenso a engordar y desarrollar problemas asociados al mismo.
Durante las etapas de crecimiento, nuestro organismo aumenta su tamaño (crece), gracias a la creación de nuevas células, en un proceso llamado HIPERPLASIA y al aumento de tamaño de las ya existentes, HIPERTROFIA. Cuando un niño no tiene un equilibrio adecuado entre ingesta y gasto calórico, engorda y esto se produce sobre todo por la hiperplasia, es decir aumentando el número de las células de su tejido graso, los adipocitos.
Este proceso se mantiene hasta la edad adulta, en que comenzará el de hiperplasia, es decir los adipocitos empezarán a aumentar de tamaño para poder admitir más grasa en el tejido.
Es evidente que un niño con sobrepeso, tendrá por tanto un mayor número de células grasas,(adipocitos), que cuando llegue a una edad adulta, serán capaces de captar más grasa en su interior, haciéndole más tendente a engordar y no sólo eso, sino que además, esas células, ya de por sí más numerosas que en otros individuos, van a ser capaces de aumentar su tamaño para captar aún más grasa.
Es triste pensar en que podemos ser responsables de esta condena para nuestro hijo, sobre todo cuando está en nuestra mano evitar este hecho mediante una alimentación adecuada, consistente en mínimo cinco comidas diarias, con verdura y fruta abundante, evitando fritos, rebozados, salsas y bollería...
La actividad física tiene una importancia enorme sobre el control de peso, por cuanto puede aumentar el gasto calórico durante el ejercico y las horas siguientes en que el organismo se está recuperando del esfuerzo realizado. Es el elemento que necesitamos en la ecuación para equilibrar ingesta y gasto.
En este sentido, hay que deshechar el mito que tantas veces hemos oído acerca de que el ejercicio muscular intenso en los niños debe desaconsejarse, ya que puede imposibilitar el crecimiento óseo, debido a la resistencia que una musculatura demasiado fuerte puede ejercer para que el hueso siga su crecimiento normal. Ésto no es más que un mito carente de la más mínima base científica, es justo al contrario, un niño que realice un ejercicio muscular intenso, garantiza su crecimiento ya que su organismo, adaptándose a este nivel de ejercicio, segregará mayores niveles de hormona de crecimiento que sus músculos necesitan para acondicionarse al esfuerzo y que el resto de tejidos aprovecharán para en estas etapas de crecimiento, hacerlo con mayor solvencia. Éste es un hecho suficientemente estudiado y contrastado. Por tanto es importante remarcar que el ejercicio muscular intenso en los niños, no sólo no detiene su crecimiento, sino que lo garantiza y además es un método eficaz de aumento de gasto calórico, que nos ayudará al equilibrio en su metabolismo.
De todo lo anterior se deducen varias cuestiones importantes:
- nuestros hijos crecen en una cultura que se hace más sedentaria, debido a que pertenecen a una generación en que los juegos pasan de ser eminentemente físicos a más tecnológicos, ordenadores, consolas y televisión forman parte de sus vidas y hay que aceptarlo, forma parte en gran medida de su oportunidad de socialización.
- su alimentación debe ser adecuada a sus necesidades y estar libre de grasas de alto valor calórico, como los fritos, rebozados y bollería, debe basarse más en fruta y verdura, aunque también arroces, pastas y legumbres deben estar presentes en cuanto a lo que hidratos de carbono se refiere. La proteína la conforman la leche, huevos, carnes y pescados sobre todo.
- la actividad física es una parte primordial en el equilibrio del gasto calórico y la ingesta de la vida de los niños y va a condicionar en una parte esencial la vida del niño y el adulto en que se convertirá un día.
- dicha actividad física, nunca va a ser capaz de limitar el crecimiento esquelético del individuo, por muy intensa y dura que sea y por mucha masa muscular que genere, sino justo al contrario. El organismo crece gracias a la hormona de crecimiento que nuestro organismo segrega y éstos niveles aumentan cuanta más dura es nuestra actividad física, forma parte de la adaptación del sistema a las circunstancias en que se desenvuelve
- un niño con sobrepeso, está condicionado por su tejido para ser un adulto con sobrepeso o incluso obeso con todos los problemas asociados. Su tejido está preparado para captar mayor cantidad de grasa que el de una persona que no haya padecido sobrepeso de niño. Por tanto tendrá más complicado evitar esta circunstancia.
- nuestra responsabilidad es su futuro.
Es difícil compatibilizar cuestiones como el poco tiempo de que se dispone para cuidar a los niños, tras atender nuestra vida profesional, lo fácil que la comida basura nos resuelve el problema del tiempo, pero la poca calidad de los alimentos que proporciona, el tiempo que nuestros hijos pasan ante el ordenador y la consola y que le quitan a los juegos físicos o a la práctica deportiva, el hecho de que esa parte de su vida es también respetable aunque pueda ser parte de una negociación para obtener de ellos colaboración, y la empatía que debemos mostrar con ellos para entender sus vidas sumergidas en una generación tecnológica y posiblemente más sedentaria cada vez, y al tiempo ser capaces de facilitar un proceso madurativo satisfactorio y alejado del sobrepeso al menos.
Es necesario que la actividad física y la alimentación equilibrada formen parte de nuestras vidas desde el inicio, si para nosotros es importante el control de peso, más aún en edades tempranas, ya que un niño obeso será un adulto obeso en un elevadísimo porcentaje de los casos, ese niño tendrá una existencia tendente al sobrepeso debido a que su fisiología ha quedado condicionada.
No existe una edad a la que empezar a preocuparse por estos detalles, como tampoco creo que exista un límite de edad para ello, debería ser algo consustacial a la existencia, como respirar.
Preocuparse ahora es evitar problemas mañana. No es cuestión de hacer dietas ni sacrificios, sino cuidar un equilibrio entre lo que comemos y lo que gastamos y evitar los alimentos claramente perjudiciales, lo peor es la bollería industrfial por su elevadísimo contenido calórico.
Pienso que es cuestión de establecer prioridades, para mi lo primero es la salud...., y para ti?
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