3 abr 2013

Mitos de las dietas

La obesidad y el sobrepeso son problemas crecientes de nuestra sociedad, debido a ello surgen como salvadores los gurús de la alimentación dirigida a perder peso, son los falsos nutricionistas que embaucan a la mayoría con dietas milagro, que nunca funcionan.
Introducen gran cantidad de mitos y falsedades con los que obtener notoriedad, pero lo cierto es que comer de forma saludable y aecuadad a la pérdida de peso es fácil.
Con ésta publicación sólo me propongo terminar con mitos y mentiras que todos podemos haber oído alguna vez como trucos esenciales para perder peso.

No mezclar proteína y carbohidratos,
la primera gran mentira, no sólo no es malo mezclarlos, sino que es conveniente que cada ingesta aporte nutrientes de cada grupo alimenticio, ésto es:
  • proteínas: carne, pescado, huevos, leche, legumbres
  • hidratos de carbono: arroz, pasta, patata, verdura, fruta, legumbres, hortalizas, cereales
  • grasas: aceites vegetales, frutos secos, mantequilla, margarina
Lo más importante es saber en qué proporciones debemos tomar de cada uno de ellos. Esto está en función de nuestro peso libre de grasa y de la hora del día, ya que conforme nos acercamos a la noche será conveniente reducir la cantidad de hidratos de carbono, sobre todo los de alto índice glucémico como el arroz, la pasta o la patata.
Existen dietas que promulgan este tipo de rutinas, son las dietas disociadas y dietas hiperproteicas por ejemplo. No son recomendables, se basan en eliminar los hidratos de carbono de la alimentación durante un tiempo variable, durante el cual se espera que el organismo aproveche las grasas ante la falta de hidratos de carbono como sustrato energético. Esto debería producir un descenso en los depósitos de grasa, sin embargo también es cierto que el hígado sufre una mayor presión debido al trabajo de metabolizar radicales nitrogenados de las proteínas, que por otra parte deben eliminar  los riñones, que también sobretrabajan.
A lo anterior, se debe sumar el hecho de que la deshidratación sobreviene con más facilidad con este tipo de alimentación. Además, el metabolismo del calcio se ralentiza, no es lo más apropiado para mujeres ni personas mayores son tendentes a la osteoporosis.
No es un modelo de dieta saludable y se puede perder peso de formas más seguras para nuestro organismo.

No cenar
Seguro que más de una vez hemos oído comentar que lo mejor para adelgazar es no cenar.
Lo más seguro es que para adelgazar, debemos comer 5 o 6 veces diarias, aunque en cantidades pequeñas. No cenar puede provocar depósito, aunque parezca paradójico, ya que el organismo al detectar períodos de abstinencia, puede proveer algún depósito en prevención de nuevos episodios de escasez. Al margen de ésto, períodos prolongados de ayuno (el caso de pasar desde la merienda o la comida hasta el desayuno sin comer es un ayuno prolongado) provocan pérdida de masa muscular, que es lo que mantiene nuestro metabolismo basal alto, ésto es la energía que nuestro cuerpo quema por minuto en mínima actividad, mientras estamos sentados, durmiendo...etc.Por tanto el ayuno provocará un descenso neto de la energía que nuestro cuerpo consume minuto a minuto, no es una buena decisión si queremos perder grasa.

Los hidratos de carbono engordan
Este es un error típico, no son los hidratos de carbono los responsables de que engordemos, sino las calorías. Esto quiere decir que debemos evitar los alimentos hipercalóricos; fritos, rebozados, bollería, grasas animales...etc. Los hidratos de carbono son alimentos energéticos que apoyan nuestra actividad física y crecimiento muscular, principal responsable de la combustió de calorías dse nuestro organismo. Pero si queremos evitar que ingresen demasiadas calorías, sólo debemos ralentizar la entrada comiendo fibra, es decir pan integral en lugar de pan blanco, verdura con cuanta más fibra mejor como los espárragos y la alcachofa, los cereales all bran, mejor comer fruta que zumo de fruta....etc.
Por otra parte, los hidratos de carbono son necesarios para mantener una práctica deportiva responsable, sin ellos podemos sufrir fatiga temprana, mareos e incluso hipoglucemias. Hay que recordar que el sistema nervioso central precisa de glúcidos para su funcionamiento, los sistemas simpáticos y parasimpáticos son responsables del latido cardíaco y la función respiratoria entre otras funciones vitales, por tanto se deduce la importancia que podría tener una hipoglucemia que provocara un fallo en estos sistemas.

Los laxantes y diuréticos adelgazan
Esta es una afirmación falsa. Es muy extendida la creencia, en gran parte por técnicas comerciales irresponsables y poco fiables, que los laxantes nos ayudan a adelagazar. No se puede confundir lo que sería la evacuación de los productos de deshecho de nuestro intestino, que pueden ser responsables de cierto volumen abdominal, con la pérdida de grasa abdominal, alojada en la piel de esa zona y sobre la que no tiene ninguna incidencia la ingesta de laxantes ni diuréticos.
Los laxantes son productos que nos ayudan a evacuar mediante ingesta oral del producto o por vía rectal del mismo. Los efectos del laxante no son más que evacuatorios del material de deshecho de nuestra alimentación, por tanto ya estaría en nuestro sistema lo que pueda producir depósito graso, no hay efecto adelgazante y si puede haber con el laxante oral, sobre todo utilizado de forma reiterada, un más que probable deterioro del intestino y su flora, esencial para la asimilación de nutrientes.
De otra parte están los diuréticos, productos que nos ayudan a la pérdida de líquidos, sin embargo su uso es más que peligroso, pueden producir desequilibrios de sales que nos produzcan desde rampas y calambres hasta efectos mucho más graves. Por supuesto utilizados de forma irresponsable pueden llevarnos a situaciones de deshidratación. Sin embargo, la eliminación de líquidos por este medio, no tiene un efecto demasiado notorio en la pérdida de volumen, ya que lo que sobra suele ser grasa, sobre la que no vamos a incidir con ningún diurético.
 Debemos saber que los diuréticos son más que probables responsables de  infartos en más de un deportista de alto nivel.
En este sentido, lo que si nos puede ayudar sin poner en riesgo nuestro organismo, es tomar un té después de las principales comidas, incluso entre horas. Producirá una elevación de nuestro metabolismo basal, haciendo que consumamos más calorías por unidad de tiempo incluso en reposo, proporcionando además vitalidad en nuestra actividad.

En fin, no hay remedios mágicos ni trucos milagrosos, si quieres resultados seguros y saludables sigue estos principios:
  • come al menos cinco veces al día,
  • procura reducir las cantidades, come en plato de postre
  • come verduras y vegetales con carnes o pescados a la plancha,
  • come fruta y lácteos desnatados
  • procura tomar dos o tres tés al día con miel mejor
  • evita fritos, rebozados y bollería
  • en la cena procura tomar una verdura como alcachofa o espárragos y un pescado hervido o a la pancha
  • hidrátate bien, al menos 2 litros y medio de agua al día
  • y lo más importante, mantente activo!, practica deporte, te sentirás mejor y todo funcionará mejor

 www.ag2entrenadorpersonal.es


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